Terrible la condición femenina. Llevan sobre sus espaldas y sus vientres la continuidad de la especie. Y no sólo por una cuestión fisiológica. El ser mujer es un ethos, una actitud, una responsabilidad en relación a nos, los disipados machos, siempre buscando en ellas lo efímero de un contacto pasajero. Pero las mujeres saben; sean madres, novias, amigas, hermanas, que su deber es ponernos sobre el carril. La condición inconsistente e inconsecuente del hombre es universal, y allí donde ellas estén, nos marcan el camino: sexualidad y reproducción responsable; trabajo; ahorro; alcohol sólo los fines de semana; nada de envasados de caro exotismo a la hora de las compras; afeitarse, cambiarse la ropa interior; no mirar a las hijas de nuestros amigos, por más que ya sean mujeres en apariencia; playstation con los chicos, entendidos como tus hijos, no tus amigotes.
Las mujeres son previsoras. Y es que desde chicas, se les enseña y aprenden a llevar cartera, donde siempre hay una bombacha extra, tampones, preservativos, y manteca de cacao, amén del maquillaje.Mientras haya una mujer con cartera en el mundo, el futuro de la humanidad está asegurado.
Las mujeres son trabajadoras, y por la mitad de la guita que le pagan a un tipo, hacen el doble de trabajo, más rápido, mejor, y sin quejarse.
La mujer es desconfiada, y por lo tanto selectiva: primero con sus parejas, después con los amiguitos de la hija, y del hijo, porque ESA CHICA NO TE CONVIENE, Y NADIE TE HACE LAS MILANESAS COMO MAMÁ.
La mujeres son inquietas, y siempre buscan otra posibilidad, otra opción. Una mujer se separa para cambiar de vida, mientras que a los tipos nos dejan para dejarnos con la botella, y sin ninguna vida.
Las mujeres interpretan mejor las intenciones del prójimo, porque tienen un instinto que las lleva a no firmar ese contrato, o a cerrar ese negocio, que deja a las mujeres con un tipo endeudado, y al tipo sin ellas.
Las mujeres no olvidan, y son duras para perdonar, cuando perdonan. Un tipo puede disculpar a cualquier amigo que se haya mandado la cagada de su vida, y justificarlo.
Las mujeres son vengativas y devuelven en exagerada proporción, contundencia, con inteligencia, y elegancia las traiciones, ofensas, y zarpes que les hagamos. Si les metés los cuerno con tu secretaria, ellas lo harán con tu jefe.
Las mujeres son grandes agentes culpógenos: siempre es el vecinito el mejor estudiante, el primito es el más educado, Maxi gana más, Gonza cogía mejor, y tu padre es un caballero. Y siempre el pelotudo es uno.
Las mujeres engañan más y mejor, porque se calientan antes y siempre empiezan a coger antes en la vida, y lo siguen haciendo después de que vos ya estás muerto, bajo tierra, o con la pija muerta.
Pero la condición femenina es trágica, es despojo. Porque siempre se les exije más, más sacrificio, y tareas de mierda, indecorosas.Y es tan trágica su condición, que en medio de toda esta ordalía, esta faena, no deben descuidar su aspecto. Estar siempre lindas para la vecina, el jefe, el señor de enfrente, nosotros y los otros. Todo un sábado a la tarde entre depilación, lavado, cavado, peinado, elegir una buena ropa, para que en una trasnoche de hotel alojamiento, los tipos las desnudemos, las despeinemos y les echemos un guascazo en la cara.
8 comments:
"Cargan con maridos infumables, con novios intratables, con padres en coma, con hijos suspendidos. Fuman más que los hombres. Tienen cánceres de pulmón, enferman, y tienen que ser guapas."
Seguro, y no alardean de nada de eso. Los tipos somos la mar de cobardes, apoltronados en nuestra condición de sexo fuerte, la cual creemos nos viene dada por llevar un par de huevos. Una bolsa escrotal no da valor al que la lleva. Hay que saberse ganar el mote de 'cojonudo', y en eso se demuestra en la carrera.
Bueno pero también sufren los hombres, yo he sabido de tipos que han muerto de tan hinchadas las pelotas. (Existen en realidad cientos de cosas, miles de silencios que no caben sino en la vida de las mujeres, un doble escarnio del que jamas vale la pena hablar, una herida que ha ninguna de nosotras le importa, ni le duele). Sí, el hombre que murió hinchado las pelotas, lo juro.
"siempre es el vecinito el mejor estudiante, el primito es el más educado, Maxi gana más, Gonza cogía mejor, y tu padre es un caballero. Y siempre el pelotudo es uno".
Parece estar hablando de mi mujer. Me alivia y consuela (consuelo de tontos) recordar que es una característica general del sexo femenino. Quizás me evite una muerte como la que cita Alunada.
Se vuelven muy exigentes con el tiempo, y no se dan cuenta de que sólo hay que resignarse. Llegan un punto en que las dilatan a más no poder. Paciencia.
(http://elblogdematina.blogspot.com/2013/05/como-se-siente-una-mujer.html Que no siempre es así). No sabe uno si se puedan salvar los hombres de morir así salvador, cuestiones metafísicas, cosas horribles pasan a las mejores personas.
Todo esto se esta dando vuelta muy despacio, culturalmente, y más despacio en el aspecto antropológico(otro nombre genérico)porque vamos a volver a la época en que había un macho por cada 10.000 hembras, como se especula que pasó hace unos cuantos miles de años. Estos cambios van a dejar a la mujer quizás con la posibilidad de crear machos de forma artificial sólo para la reproducción, como pasa con las abejas, por ejemplo.
La mujer que soñaba con ser una Ischnura hastata, pero no quería que la metieran en un frasquito de plástico. Biológicamente no sé cuantas modificaciones habrían, pero de ahí al mundo feliz de Aldoux Huxley no hay sino una pastillita de soma. Pienso que todavía necesitamos amar demasiado, todos, incluso las mujeres (que ya han amado bastante).
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