Y llegó otro fin de década. No es como otro aniversario
cuando se redondea una cifra como los cuarenta. Es un momento en que uno
evalúa, -y los demás asienten-, el cómo se llegó a esta edad. En lo personal,
llego hecho mierda. El universo nos otorga una porción de materia, -nuestro
cuerpo-, y le insufla un suspiro de energía. Desde allí, está en uno el cómo
usamos ese avatar en la vida. Y es esta edad en la que tenemos que dejar de
quejarnos, de achacar nuestro fracaso a cuestiones hereditarias, atávicas o
ambientales, mamá, papá, o la suerte. La suerte no existe si no se sale a
buscarla, y mi condición de claustrofílico me puso en suspenso frente al paso del
tiempo, me abstuvo de actuar. La mía es una neurosis de lo más berreta,
disfrazada de agudeza intelectual. Un
síntoma que se hace ubicuo, y que ahoga cualquier atisbo de proyecto, cualquier
comienzo, que queda abortado en tripas por una autopsia precoz, por una sangría
autoinflingida. La voluntad es materia prima desconocida para mí, un don como
la fe, que se tiene o no se tiene, y no puedo entender a los que siempre están
enfocados en algo, movidos por la premura de los plazos, o entusiasmados en
proyectos. Siento que envidio la ceguera de los que todavía tienen ganas de
viajar, trabajar o enamorarse. Puedo servir de consuelo al que vuelve derrotado
de esas empresas, al que quiera mirarse
en las aguas calmas de mi desesperanza, al que quiera refrescarse en la sombra
de mi sosegada tristeza, pero no puedo abrazarlos en el furor, en la alegría o
en el entusiasmo. Tampoco puedo explicarles qué es estar en el pozo que estuve
cavando estos últimos 20 años. Mi historia se escribe por omisión, mi presencia
se hace palpable cuando no estoy allí. Envejezco en un cuerpo que acumula grasa
en su resignado sedentarismo, pero mi escepticismo es siempre joven, siempre
ágil. Se me dio el don de cincelar con el juicio las asperezas de los demás, de
rellenar sus vacíos, de escucharlos, pero no puedo darles soluciones, porque no
puedo solucionar nada en mí. El desaliento es un paisaje familiar ('the endless plain of misfortune'), y desde esta planicie puedo ver boludos que cabalgan de acá para allá. Yo soy el paisano que fuma, mira el cielo, y piensa 'para qué ensillar si parece que va a llover'.
Wednesday, July 22, 2015
1994
Todo era bastante más simple cuando tenía 19 años. Se podría
llamar ‘síndrome del paraíso perdido’, o
los espectros de la guerra fría persiguiéndome,
pero cuando se es joven, hasta el infierno ofrece algo de sombra.
Supongo que los que hoy no te dejan entrar en su Instagram porque no tenés un
teléfono inteligente, o a su grupo de WhatsApp por la misma razón, cuando
tengan cuarenta serán empleados de algún robot, y soñarán con acostarse al sol
en alguna playa o plaza cuando salgan del trabajo, donde estarán encerrados como
pollos en un criadero. El peronismo va a seguir, seguro: como en ‘1984’ (la novela) o como en 1950 (el
año) estaremos espiados por ‘manzaneros’, alcahuetes del partido, y cada vez que los crucemos, tendremos que
ponernos la manito en el pecho, como CFK cuando canta el himno. En la música,
tendremos opciones como el ‘pop esquimal’, ‘la ranchera hindú’, o el ‘chamamé
japonés’, un síntoma que ya se puede apreciar es este mestizaje de formas que
no tienen casi contenido, porque lo fuerte de una identidad viene con lo
inequívoco de una idiosincrasia, el haber hablado un solo idioma, haber
conocido sólo a pares, nacidos y criados
en un solo lugar. Todo esto se perdió. Da lo mismo tributo senegalés a los
Beatles, que tango tocado por hámsters.
Como en la película ‘Logan’s Run’, tendremos relojes que indicarán
nuestra caducidad, detectores de obsolescencia basados en nuestro genoma, que nos
indicarán cuánto tiempo o energía nos
queda como la pilita de los celulares.
En 1994 un alfajor Fantoche salía 50 centavos. Un boleto de
colectivo, 45. La ropa de las chicas era bastante anodina (los noventas no
habían entrado completamente, y se veía mucha prenda holgada, jardineritos,
algodón, y colores pastel) Teníamos erecciones cada 15 minutos, incluso se nos
paraba caminando por la calle, detrás de algún culo de mujer que se movía
debajo de un jean. Las arterias nos bancaba tomar vino berreta, que salía
$1,50, pero proporcionaba alucine para toda una siesta bajo el sol de invierno.
21 años atrás, no nos importaba estar solos:
la idea de la soledad nos parecía
romántica, y hasta la locura era inspiradora. Escuchábamos a los Doors,
Peter Gabriel, los Beatles. Dejarnos crecer el pelo gracias a Kurt Cobain, que
se acababa de suicidar, parecía un obligado homenaje. Argentina entró al mundial en USA, pero salió saboteado por
la efedrina. En una de mis largas caminatas por la costanera, encontré un
gatito, lo llevé a lo de mi abuela, pero murió a los pocos días. Not a care in
the world, como ahora, pero ahora sabemos que está mal. Que el paraíso en la
tierra es el infierno, que no se puede vivir de hippie toda la vida, aunque
algunos lo logren gracias a la política. La falsa idea de la gratuidad, del
‘vivamos con lo nuestro’, está dejando tres generaciones que se van a encontrar
en las filas de los hospitales públicos, transportes, cárceles, o
escuelas, para votar, cumplir condenas, viajar, o ser atendidos por
heridas de bala, o embarazos no deseados.
Todo basado en la idea de la lucha de clases, de repartir mejor,
eliminando el sistema de méritos y castigos. En las escuelas van a aprender a
cagarse a tiros. En los hospitales, a verduguear a los médicos; en los
transportes, a todo el pasaje. Parece
que en los cementerios se va a poder vivir mejor. Espero que todo quede
registrado por algún celular.
Wednesday, July 08, 2015
Residents - OurTiredOurPoorOurHuddledMasses (1997)
Dos pintores de la antigüedad, Zeuxis de Heraclea, y
Parrasio de Efeso, después de saberse rivales en su arte, decidieron competir
para ver quién era el mejor. Los dos debían pintar un cuadro, a lo que Zeuxis
aportó un lienzo donde se veía un racimo de uvas. Tan realista y patente era su
trabajo, que los pájaros bajaban a picotear la tela, sin advertir que era un
simple bodegón. Cuando Parrasio mostró su trabajo, Zeuxis se acercó a descubrir
el velo que cubría el cuadro, para darse cuenta que el manto sobre la tela era
el cuadro mismo. De esta historia se puede deducir una primera idea, y es la de
que el arte es siempre engaño, artificio, o mímesis, imitación de la realidad.
Pero si vemos el velo como la manera de indicarnos que hay algo más allá de lo
evidente, descubrimos que el arte de los últimos 150 años es un engaño que se
acepta a sabiendas, como un tren fantasma en el que entramos con morbo
prostibulario, dispuestos al terror fingido, que se relaja en carcajadas
autoindulgentes, o a la excitación furtiva de pacotilla, que se vacía en un
preservativo y se tira. Y es que desde Warhol hacia aquí, ya no existen ojos
desnudos o inocentes, como los de los pájaros que comían las uvas pintadas.
Para acceder a una obra de arte hace falta erudición y actitud, postura de ‘yo
voy a ver arte’, que es la misma actitud de ir al ginecólogo, o pagar en lo del
contador. Uno ‘se prepara para’, porque el arte está confinado a tal fin, un
lugar donde puede ser visto. Ya no se trata de un vitral en una catedral. Ahora
es un bien de consumo, con peso neto, precio, y aditivos. La obra de arte, un
bien espiritual, se volvió mercancía, y al revés, que es lo peor.
Los Residents tienen todo esto, y lo explotan. Muestran las
convenciones de una banda de rock (son cuatro, tocan instrumentos eléctricos,
cantan y tocan sus canciones) pero todo llega hasta allí: desde 1976 son una
banda cuyos miembros aparecen tocando disfrazados con sus rostros ocultos.
Hacen incógnito, o reniegan de lo que hace subyugantes a las estrellas del
mass-media, lo distintivo de las celebrities: lo único de sus rasgos, lo
inimitable de sus identidades. En un mundo en el que los artistas son marcas, y
en el que se exalta la validez de fábrica como garantía de autenticidad, y
cuando en realidad todos los productos pop se parecen, al ser sólo una máscara
intercambiable, podrían ser ignotos choferes de colectivo, verduleros, o
legisladores en una doble vida. Se apropian de identidades ajenas (Hank
Williams, Ray Charles, James Brown, Beatles, Stones, Dylan) nunca a manera de
homenaje, siempre en clave paródica desde lo gráfico, deformando una portada,
como la de ‘With The Beatles’, imitándolos, versionándolos, o sampleándolos
descaradamente, como al ‘Billy Jean’ de Michael Jackson. Es, a simple vista, el
arte como rapiña; a simple vista, pero también lo es como oprobio, a la manera
de Frank Zappa, pervirtiendo un inocente clásico del bubble- gum como ‘Teddy
Bear’, aportándole un toque pedófilo inconfundible. O de iconoclasia pura, como
lo hacen con el ‘Satisfaction’ de los Stones. Se trata siempre de pervertir el
sentido, y volverlo extraño al oyente que ya conoce la obra versionada. Es
ofrecer uvas podridas a los pájaros. Sin embargo, es el desencanto con la
industria y el negocio de la música, -los verdaderos ‘descarados’- lo que los
hace escribir versos como ‘Maybe if I put a bullet in my brain, They'll
remember me like Kurt Cobain. And
the parasites on MTV, would wipe their eyes and act like they knew me’
En este cd doble que les ofrezco en dos links, rippeados
como WMA, hay simples con sus dos lados, eps, algunos temas del ‘Commercial
Album’ (un disco que consiste en temas de un minuto), y ‘concentrados’ de
ciertos discos, donde en tracks de más de 9 minutos, se pasa revista a LPs
enteros.
https://mega.nz/#F!hlMghRgJ!sGmFLo_3BSt0aYNgkTCjLA
https://mega.nz/#F!g01wyDBa!CTUs2kxoqujdQiuIDbVqYQ
Sunday, June 28, 2015
Espacio para uno más
Maldoror, -como tantos otros que no quiero nombrar-, a través
de la lisonja, la desvergonzada genuflexión, -la más abierta de las disciplinas
humanísticas peronísticas-, se consiguió su lugar en el banquete, después de
cebar mate durante años en unidades básicas, y jugar al sicofante solícito y
obediente, y obteniendo así un crédito para abrir su propia productora. Como los tiempos
eran prósperos, o así le parecía a la jerarquía de cleptómanos imperante, el
mismo mensaje de prosperidad tenía que traducirse en plétora intelectual, por
lo tanto, escritores y artistas se constituyeron en una élite de esclarecidos
que debían indicarle su camino al vulgo, que como siempre, seguía en la
oscuridad. Su querencia beatle le dictaba que le pusiera Manzana, pero la
asociación con la mordida era evidente.
La productora se dedicó a filmar cine apologético al régimen, lleno de panegíricos hacia la figura del Maestro Amor, el líder de los humildes, el Descamisado Promordial, hecho a partir de una costilla de Adán, y de un buñuelo de Eva Perón.
La primera producción, 'La Razón de Mi Vida', era una visión peronista de la historia universal, con un Noé justicialista que salvaba a todos los animales, menos a los gorilas, los que sobrevivían al Diluvio para vengar a sus congéneres ahogados. Moisés subía al Monte Sinaí y bajaba con las Tablas de los Diez Mandamientos Peronistas...todo así, hasta llegar a Jesús, que era crucificado por los gorilas romanos, etc, etc. El proyecto era muy ambicioso y fue filmado en locaciones de Mendoza, donde se filmó el Paraíso Terrenal Justicialista, y San Juan, como el desierto del Éxodo Descamisado, poblado por plagas como una araña gigante cuya cabeza calva y sus gafas mutlifacéticas y negras recordaban a una especie de cabeza del Indio Solari multípoda y que como la Esfinge, proponía acertijos al pueblo elegido tales como '¿Cuál es el perro que entrega a sus compañeros gateando las botas del lobo feroz suelto mientras el cordero atado de Lana del Rey entrega su almeja en la sopa donde la mosca nada después de joder detrás de la oreja para luego sorberla con fruición?' En estas y otras boludeces se iba el dinero del pueblo, que recibía el aluvión cultural innecesario, aleccionador, e inútil, mientras en los hospitales no había medicamentos, y esforzados ciudadanos recorrían las calles en bicicleta en busca de alguna garrafa.
Monday, June 08, 2015
Cuentos de la Calesita Embrujada
Don Nicola (o mejor dicho, su fantasma) se aburre bastante porque ya nadie va a su calesita. Una calesita fantasma aparece y desaparece en lapsos de tiempo muy cortos, y a horas en que no hay chicos en la plaza; o al menos chicos vivos. Resulta que una vez apareció un fantasma ya mayor, alto y desgarbado preguntando por el Club de los Suicidas, y que estaba seguro que era por alguna de esas calles que iban hacia el oeste. Don Nicola no conocía tal institución, pero se quedó pensando para qué existiría tal institución. Sin duda era una organización sin fines de lucro, porque se quedaría sin socios muy pronto. Aparte, ¿de qué hablarían?: '¿Qué pensás hacer el fin de semana?' Sería tan inútil e inconducente como el Club de los Procastinadores, o se daría todo por sobreentendido, como en el Club de los Telépatas: 'Que levante la mano el que sabe lo que voy a decir'.
Al rato vuelve el fantasma desorientado, y aclara, 'es por un concurso de sobrevivientes, me citaron para que hablara de mi caso'. Don Nicola lo miró más pálido que el fantasma de un albino, y cauteloso le aclaró, 'Vea, amigo, Ud es un fantasma, y no ceo que su caso cuente como sobreviviente'
El recién llegado mostró una mueca de indignación y exclamó '¡Habráse visto tal falta de respeto!¿Cómo piensa Ud que yo estoy muerto, si soy tan real como Ud?'
Don Nicola suspiró y dijo: 'Amigo, se nota que lleva pocas horas de muerto: a todos nos pasa'
- 'Es que yo me he muerto varias veces' -dijo el extraño- 'el problema es que nunca es la última vez'
El hombre se alejó, y Don Nicola pensó para sus adentros, 'algunas muertes llevan toda una vida... o varias'
Saturday, May 30, 2015
Cumplimos 9 años!
‘El que en
2006 se armaba un blog porque era de lo más hip, lo mantiene en 2015 porque es un
romántico’.
Todavía
recuerdo la época en que había que entrar a un ciber-café para chequear mails,
chatear, o actualizar tu blog. Era la misma época en que salir con cien mangos
era más que suficiente; todavía comprábamos cds, y había ganas de leer libros.
2006 fue el año en que entramos en la treintena, aspirábamos coca con amigos, y
todo nos chupaba un huevo. Vimos a Daft Punk, Patti Smith,
Beastie Boys, y Yeah Yeah Yeahs. Empezamos a dar clases de inglés, y pesábamos 10 kilos menos.
Creíamos en la amistad, y crecimos para ver que estamos solos. Que no hay nada
al final del arcoiris, y que fuimos ingenuos, y un poco boludos. Que nos
dejamos engatusar por minas que no valían la pena. Que Facebook y los
smartphones se chuparon todo lo que íbamos a hacer en los cibers, incluso a los
cibers. Que algunas amistades, por más
virtuales que sean, siguen siendo reales, buenas, verdaderas y duraderas.
Amo este
blog por más que esté muerto, demodé, y sin corresponsales ni comentaristas.
Seguiremos posteando de vez en cuando, aunque sólo sea para parecer cuarentones
encaprichados, nostalgiosos de mejores
épocas.
Saturday, May 23, 2015
Contratada
Diario del
escritor exitoso libidinoso que nunca seré en 2045 a manera de meta-texto:
‘Hoy vino a
verme una aspirante a escritora, de quien sólo tenía una foto. Un rostro
sonriente, de veinteañera llena de expectativas. Ah, había adjuntado un RTF de
su novela. El formato admitía correcciones que no me molesté en hacerle. La
cité en este mismo despacho, donde mis volúmenes intimidan a cualquier persona
de su edad. La dejé hablar y descargar toda la electricidad de lo tenso del
momento. Tropezaba con las palabras, y alternaba sonrisas, y una risa nerviosa
con instantes de seriedad y expectación, insegura de lo que pudiera llegar a
decirle. Advertí llevaba puesta una
camisa de muy delgada tela debajo de su tailleur, y le pedí que se lo sacara y
lo colgara sobre el respaldo de la silla. Como se podía adivinar, sus pechos
eran muy grandes y subían y bajaban con su respiración agitada. Bajé la
temperatura de la habitación, y el frío le erectó los pezones. Ella lo advirtió
y se ruborizó.
‘¿Alguna vez
probó opio, señorita?’, le pregunté con aire inocente y distraído.
‘No, no, por
supuesto que no…’
‘Verá, me
gusta escuchar música a esta misma hora todos los días a esta hora, el
atardecer, contemplar la puesta del sol a través de los ventanales, y fumar
opio de esta pipa de piedra que compré en Bali…pruebe’
Una pitada,
y otra más, y le convidé whiskey. Por supuesto que en la pipa había más que
opio. Le pedí que se parara, y que se subiera la falda.
‘Sácate la camisa. Ahora, mastúrbate. No. Con mi
dedos’
Wednesday, April 29, 2015
Ataraxia Express
Todas las noches me acuesto con mi muerte en mi cama. No hacen falta comodidades, porque en una plaza cabemos los dos. Un poco de alcohol propicia la vasodilatación necesaria y la dopamina que me ponen a escribir. Hacer interpretación de nuestras taras ayuda a curarlas. La hermenéutica de uno mismo ayuda a un diagnóstico, una prescripición: necesito una noche eterna pero iluminada, como una aurora boreal donde todos podamos flotar mirándonos a los ojos, cómplices, y sabedores del regocijo de la morada definitiva. Un paisaje sin vicisitudes, sin ambición, ansiedad, plazos, o lucha. Un espacio sin paso del tiempo al que podamos acceder desnudos y primordiales, en la candidez intrauterina de un eterno sol de medianoche. Existe un lugar así, pero hay que dejar el cuerpo atrás. El cuerpo y su suciedad, su deseo de cópulas frustrantes e inútiles. El cuerpo y su deseo de otros cuerpos, la selección natural que siempre dejará a tipos como yo con una botella al costado del teclado, y el desconsuelo de las hormonas, que siempre regresa.
Wednesday, March 04, 2015
Oniropedia
A los cuarenta se pagan la desidia y la procastinación de
las dos décadas anteriores; los años perdidos en raptos de ansiedad
desarticulada, los espasmos de voluntad desperdiciada en proyectos improbables; los amores no correspondidos, y su inevitable secuela de aislamiento; la embriaguez y su retahíla de mantras nihilistas recitados vaso tras vaso. Se
puede sentir en el cuarto húmedo de la casa paterna que nos es legado como morada y eterno espacio
de reflexión en el que como en un purgatorio, todos los libros de las
bibliotecas que nos hemos resistido a leer nos perseguirán desde sus inmutables
lomos, en una invitación que puede esperar un década más, una borrachera más,
un domingo más.
Llegará un momento en nuestras vidas en que todo será
pasado, y el presente se nos revelará como un montón de datos fastidiosos, o
vacíos de estímulos. Nuestra cara en el espejo, las bocinas en la calle, perros
ladrando en la vecindad, los goles de partidos que no nos interesan, todo será
el alimento que rumiaremos como vacas durante años sin amor, y sin
comunicación. Nuestra amargura y nuestro cinismo, sumados a la resignación, serán
manifiestos en nuestro trato diario, cuando no en la prisión del mero
aislamiento. Amigos de otras época recordarán lo cándido de nuestro aire de
antaño, el talante festivo que nos supo ganar simpatías. Era el pseudópodo
invisible con el que uno intentaba invadir almas, y cuerpos. Hoy uno ya no se
dispensa en artificios de semejante naturaleza. De todas maneras siempre fue
el mismo afán egoísta de la
satisfacción, la jugarreta de la testosterona, tensando los músculos, en busca
de un escape a través del sexo. Aprendimos que sólo hacía brotar risas, y nada más. Pero se
termina como se terminan las botellas y los fines de semana. Que el tiempo
traiga lo que venga. Muchos no tuvieron ni eso.
Wednesday, February 25, 2015
Introducción
Une jeune femme coupée en rondelets. Una joven cortada en
rodajas. Afuera hace frío y la intemperie ofrece desolación, y el silbar del
viento, que arrastra impiadosas gotas de aguanieve. Adentro estoy yo, con un
vaso de whisky en la mano, tirado sobre
un sillón, mirando a alguien cuyo nombre he olvidado, pero cuyo precio
ya he pagado por adelantado. Una civilizada transacción que se hizo por
teléfono, y que se concreta en una habitación donde habita una mujer rentada
por una hora y media. En esa conversación telefónica se detallaron gustos,
ambientación y exigencias de mi parte, y sugerencias de parte de la contratada.
El factor visual incluye coreografías, cierto tipo de música, y la bebida que
sostengo, junto a la atención que dispenso sin distracción. Hay música que se
manifiesta en la cadencia de una caderas poco pronunciadas, pero contundente
en su ritmo, y suaves al tacto. Dulce al oído, generosa en un beso que une
nuestras lenguas como dos caracoles. Ella sabe hacer su trabajo. La bebida hace
su efecto, y dilata pupilas y vasos sanguíneos. Ella baila sobre la cama, mientras se desviste, para recostarse
mientras se contorsiona sobres las sábanas.
Yo sigo sentado como contemplando un paisaje. La luz de la calle, entrecortada por la persiana, se ofrece como heridas sobre su cuerpo, en un juego de sombras, surcos, iluminados, aquí, ensombrecidos allá
Nota: este mismo post puede verse en Vidademuertos , nuestra nueva casa. Gracias a la política de restricción con respecto a contenido sexualmente explícito Blogger va a convertir en privados los blogs que exhiban este tipo de contenidos, como el mío.
Monday, February 09, 2015
La Venus de las Pieles
"Venus In Furs"
Shiny, shiny, shiny boots of leather
Whiplash girlchild in the dark
Comes in bells, your servant, don't forsake him
Strike, dear mistress, and cure his heart
Downy sins of streetlight fancies
Chase the costumes she shall wear
Ermine furs adorn the imperious
Severin, Severin awaits you there
I am tired, I am weary
I could sleep for a thousand years
A thousand dreams that would awake me
Different colors made of tears
Kiss the boot of shiny, shiny leather
Shiny leather in the dark
Tongue of thongs, the belt that does await you
Strike, dear mistress, and cure his heart
Severin, Severin, speak so slightly
Severin, down on your bended knee
Taste the whip, in love not given lightly
Taste the whip, now plead for me
I am tired, I am weary
I could sleep for a thousand years
A thousand dreams that would awake me
Different colors made of tears
Shiny, shiny, shiny boots of leather
Whiplash girlchild in the dark
Severin, your servant comes in bells, please don't forsake him
Strike, dear mistress, and cure his heart
Whiplash girlchild in the dark
Comes in bells, your servant, don't forsake him
Strike, dear mistress, and cure his heart
Downy sins of streetlight fancies
Chase the costumes she shall wear
Ermine furs adorn the imperious
Severin, Severin awaits you there
I am tired, I am weary
I could sleep for a thousand years
A thousand dreams that would awake me
Different colors made of tears
Kiss the boot of shiny, shiny leather
Shiny leather in the dark
Tongue of thongs, the belt that does await you
Strike, dear mistress, and cure his heart
Severin, Severin, speak so slightly
Severin, down on your bended knee
Taste the whip, in love not given lightly
Taste the whip, now plead for me
I am tired, I am weary
I could sleep for a thousand years
A thousand dreams that would awake me
Different colors made of tears
Shiny, shiny, shiny boots of leather
Whiplash girlchild in the dark
Severin, your servant comes in bells, please don't forsake him
Strike, dear mistress, and cure his heart
Friday, January 16, 2015
Decálogo del Hombre Hombre
Este año cumplo cuarenta, y es una edad para empezar a sincerarse: ya no soy la joven promesa, el recién llegado, cándido, y anhelante, el bisoño amateur con suerte que tiene todo por aprender, y al que nada debe reprocharse. Es la edad en que se puede evaluar cómo se ha vivido, y cuáles serán las circunstancias y condicionamientos en los que se vivirá, bien o mal, sean estos favorables, anodinos u hostiles. Y debo empezar a aceptar que voy a estar solo siempre, porque no estoy a la altura del desafío que implica estar en pareja. Pero no por eso no estoy en condiciones de saber qué le gusta a las mujeres que admiro. Y es que sé muy poco de mujeres, pero puedo adivinar, por el hecho de que tuve hermana, madre y abuelas que los estereotipos de hombre imperantes hoy, cuyas edades van entre los 20 y 30 años, no son los deseables para las mujeres de esa misma edad. Los veinteañeros van bien con chicas por debajo de veinte, o por encima de cincuenta, que son las edades en que las mujeres no piensan en la reproducción, y en que el sexo es meramente recreativo. Ya sabemos lo que es el hombre objeto, pero acá va un par de consejos para ser un hombre hombre (Gracias Old Spice, cuando quieran, monetícenme) Y Ud, joven argentino...¡tome nota!
El hombre Hombre no tiene ni novias, ni prometidas, ni exes, ni parejas: tiene mujeres. Esto implica que cuando se refiere a su compañera, dice, 'esta es mi mujer'. Y cuando digo que no tiene exes quiero decir que no tiene pasado.
El hombre Hombre no se ufana de sus conquistas, ni de sus proezas en la cama. Es de salame, de gil, andar diciendo cosas como 'yo me echo cuatro al hilo', o 'yo, dos sin sacarla'. Tales individuos, reunidos en manada de pares iguales, son igualmente cornudos.
El hombre Hombre no se aplica a su aspecto físico con la diligencia, tiempo y la erogación de dinero que vemos en los ubicuos metrosexuales, especie de vergonzosos epígonos de lo que alguna vez fue el Hombre, degradados a consoladores bronceados, llenos de piercings y tatuajes, con el cabello y el físico trabajado en casas del ramo que se dedican a la infame faena del pigmalionismo posmoderno.
El hombre Hombre debe beber e insultar. El hombre que no bebe ni insulta no es confiable, no tiene pasión, no es capaz de amar, porque no es capaz de odiar, y sólo piensa en sí mismo.Y beber es beber whisky, vino, cerveza o vodka. Los que toman tragos, o cualquier cosa que en un vaso lleve paragüitas, sorbetes sinuosos, o que posea colores como el azul, el rosa, o el blanco, es PUTO.
El hombre Hombre puede bailar, pero sin llevar las manos por encima de los hombros. Ese es el límite. Por encima de allí, se encuentra la zona gay.
El hombre Hombre puede llevar perfume, pero debe abstenerse de ciertas fragancias cuyos avisos publicitarios muestren metrosexuales de veintipico.
El hombre Hombre puede cambiar los pañales de su hijo, una vez en la vida. Para eso está la niñera; y si no puedes pagarla, no te mereces ni casarte, ni tener hijos.
El hombre Hombre puede practicar jardinería, baile, o puericultura, si cumple con todos los requisitos arriba detallados.
El hombre Hombre no compra un perro. El hombre Hombre adopta un perro o gato callejeros.
El hombre Hombre nunca mirará con lascivia o deseo a la mujer de un amigo. La mujer del amigo es del amigo...ahora, si el amigo es medio pelotudo, y vive mirando los pajaritos...
Si cumples todos los requisitos eres HH. Tu masculinidad es merecedora de una hembra a tu altura.
Si cumples con siete, sobre todos los conductuales, y no tienes ni hijos, ni niñera, ni trabajo, tampoco debes tener una mujer.
Si no cumples con ninguno, eres una mujer.
Saturday, January 10, 2015
Así Es El Calor
maldoror se prepara para pasar la temporada más cálida del año en su malquerida madriguera. Las horas que pasan deshidratándose en gotas de sudor sobre la frente de los los dementes que todavía nos animamos a seguir viviendo en esta latitud nos encuentran preparando jarras de tereré, improvisando alguna ensalada fría en base a sardinas, papa y cebolla, prendiendo la computadora para scrollear esa torre de Babel de ladrillos en HTML que es el Facebook, esperando que baje el sol para regar el jardín. Son más de seis meses en que el sol es dueño y señor de esta tierra. El decide cuándo vamos a salir, qué vamos a comer, y cómo nos vestimos. Y si alguien en su afiebrada rebelión se opone, se agarra un golpe de calor. El radar de las contingencias no depara más que furtivas salidas a comprar alguna cerveza (un par) o jugar algún juego de azar: los seis numeritos que como en una galleta china de la suerte, nos indique un futuro más excitante o promisorio. Siempre fantaseo en esta época en cavar un gran pozo, y allí soterrar un ómnibus sin asientos, ambientado como una residencia de verano, con aire acondicionado, y todo lo que haga falta para pasarla mejor. No es momento para decisiones destempladas, ni migraciones en busca de algún lugar con agua: no hay un río, lago o embalse en miles de km a la redonda. Esto es el desierto, y así lo soportamos estoicamente encerrados. Mi padre me acompaña en esta convivencia sin quejarse, como la hecho siempre. La presencia femenina de una gata hace las veces de amortiguador o bálsamo para lo parco, o acerbo de nuestro trato, en el que no falta humor a la hora de sentarnos frente al televisor. Los dos sabemos del gusto por el absurdo del otro, y lo cultivamos a la hora del almuerzo. Hacemos criba, sorna y escarnio de lo que la televisión ofrece, que en verano prodiga culos, y paseos de periodistas por centros balnearios atestados de gente. Por sobre la tierra, o debajo de esta, a ambos lados del televisor, la vida dura más que un verano, pero sólo se puede vivir a una estación por vez.
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