Thursday, January 28, 2010

Auster


Hace un tiempo me enteré que 'New York Trilogy', compendio hecho de tres novelas cortas, o nouvelles, editado originalmente en los ochentas por el escritor Paul Auster, iba a formar parte del catálogo de Penguin Classics, lo que es como consagrarse en el podio de clásico de la reimpresión post mortem ad infinitum. Sin ser uno de mis escritores favoritos, y aunque figure en mi perfil - todos sabemos que decir que uno lee a Auster es un buen paso para ganarse minitas-, el tipo tiene mucho oficio, y con City of Glass, la primera de las tres historias que conforman 'La Trilogía de Nueva York', el nativo de Newark estuvo bien orientado hacia lo que hoy se llamaría 'thriller histórico', o como mierda se llamen las obras de Dan Brown, por ejemplo. Y no es casual, ya que, el gran éxito de ventas para la época en que apareció el libro de Auster era 'El Nombre de la Rosa', de Umberto Eco, donde estan las guías básicas de este sub-género ( la trama detectivesca, la intertextualidad -la historia comienza en el siglo XX con un buscador de libros que transcribe casi completamente el diario de un monje medieval-, referencias a obras reales como referentes que refuerzan el relato -Eco es profesor de historia medieval, y hay citas a libros de la época-, y constantes flashbacks a los tiempos descriptos en los textos, con lo que la trama va y vuelve constantemente. Pero no es el mecanismo de best- seller y la mímesis estilística de la que Auster hace gala (incluso intentó algo en la vena de realismo mágico con Mr Vertigo) sino el gancho posmoderno que tiene City of Glass, con sus referencias a tópicos propios de la filsofía del lenguaje, y a la literatura misma, lo cual lo emparenta con Borges. Auster es judío, y como sabemos, es el pueblo que heredó la Palabra y de donde aprendimos muchas de las tradiciones hermenéuticas que dominan Occidente, desde la Torah, y la Cabala, hasta Chomsky.
Uno de esos tópicos es el Pecado Original, y el supuesto lenguaje anterior a la Caída, que según muchas tradiciones gnósticas, era creador en el sentido demiúrgico de la palabra ( se dice que Adán creó las cosas en el jardín del Edén con sólo nombrarlas) y, que desde la Caída del Hombre, el lenguaje se ha vaciado de esa fuerza generadora, quedando sólo un pálido reflejo, ideal, hipostático, de lo que fue aquel lenguaje. Este tema es muy caro a la exégesis de la Torah, y la Biblia, ya que en el Génesis se dice que el mundo fue creado a partir de actos verbales; también hay muy interesantes disquisiciones acerca de la abitrariedad del lenguaje -se cita a Humpty Dumpty, el huevo que aparece en Alice through the looking-glass, y su capricho de que las palabras sigmificasen lo que él quería (sin duda esta figura y la de Adán vienen a reforzar la idea de que el lenguaje está manchado por la convención o el consenso, que lo llenan de prejuicios, y la necesidad de recobrar un lenguaje puro y pleno, no quizás que sea la misma cosa que nombra como quería Crátilo en el diálogo platónico, pero que recupere una relación esencial con el refrente, lo cual es imposible)
Es por esto que City of Glass, detrás de una inocente historia de skiptracing, de persecuciones a ciegas, y cabos sueltos, donde incluso aparece el mismísimo Paul Auster, con su nombre, como un personaje más del periplo del protagonista, el detective Quinn, encierra la mirada borgeana sobre los vericuetos del lenguaje y su representación de lo real, de la inquietud intelectual sobre los límites y el significado de la identidad, y de lo transparente y claro que pueden parecer el uno al otro frente al espejo del pensamiento.

Monday, January 25, 2010

Pasión Animal

Teleteatro para la hora de la leche:
'En su amor por el toro, contó con la complicidad de Dédalo, que era arquitecto y había huído de Atenas por un asesinato. Éste construyó una vaca de madera con ruedas, la ahuecó por dentro, la recubrió con la piel de una vaca que había desollado y, colocándola en el prado en el que el toro acostumbraba a pacer, introdujo dentro de ella a Pasífae. Cuando el toro llegó, yació con ella tomándola por una vaca de verdad.'

(del Libro III de la Biblioteca Mitológica,
traducción de Julia García Moreno)

Thursday, January 21, 2010

Rigor

'La frase ''A hard-working student - we'll be glad to see her back'', aislada de todo conocimiento de quién la ha proferido, cuándo la ha proferido y para quién la ha proferido, es intraducible porque está abierta a múltiples interpretaciones. Su ambigüedad la hace incomprensible o, como mínimo, no permite elegir entre las diversas posibilidades de comprensión que pueda concebir un destinatario. En el supuesto de que 'student' deba entenderse en su significado literal de 'estudiante' y teniendo en cuenta el género marcado por 'her', deduciremos que se refiere a una alumna. Si además sabemos que la ha proferido un maestro de escuela, se nos aparecerá la opción de considerar la frase como una valoración de lo trabajadora que es una alumna y como expresión del deseo del profesor de volver a verla, incluso de volver a verla en su clase. Sin embargo, si añadimos que el maestro está dirigiéndose a los padres de la alumna a final de curso, que todos son ingleses y que domina perfectamente las convenciones de uso de su lengua, surgirá la posibilidad de una interpretación radicalmente diferente: una aserción sobre el limitado talento de la alumna y las ganas de perderla de vista. En inglés, el adjetivo 'hard-working' puede utilizarse de modo irónico para calificar de algún modo unas aptitudes escasas sin transgredir explícitamente las reglas de la cortesía. Además, la segunda parte de la oración juega con la ambigüedad de 'to see her back': 'volver a verla' o, literalmente, 'verle la espalda', nuestro 'perderla de vista'

'¿Cómo sabemos, por ejemplo, lo que es el dolor? Según las teorías refrencialistas, no hay posibilidad de sentir el dolor ajeno y sólo puede conocerse lo que significa la palabra 'dolor' por experiencia propia'