‘El que en
2006 se armaba un blog porque era de lo más hip, lo mantiene en 2015 porque es un
romántico’.
Todavía
recuerdo la época en que había que entrar a un ciber-café para chequear mails,
chatear, o actualizar tu blog. Era la misma época en que salir con cien mangos
era más que suficiente; todavía comprábamos cds, y había ganas de leer libros.
2006 fue el año en que entramos en la treintena, aspirábamos coca con amigos, y
todo nos chupaba un huevo. Vimos a Daft Punk, Patti Smith,
Beastie Boys, y Yeah Yeah Yeahs. Empezamos a dar clases de inglés, y pesábamos 10 kilos menos.
Creíamos en la amistad, y crecimos para ver que estamos solos. Que no hay nada
al final del arcoiris, y que fuimos ingenuos, y un poco boludos. Que nos
dejamos engatusar por minas que no valían la pena. Que Facebook y los
smartphones se chuparon todo lo que íbamos a hacer en los cibers, incluso a los
cibers. Que algunas amistades, por más
virtuales que sean, siguen siendo reales, buenas, verdaderas y duraderas.
Amo este
blog por más que esté muerto, demodé, y sin corresponsales ni comentaristas.
Seguiremos posteando de vez en cuando, aunque sólo sea para parecer cuarentones
encaprichados, nostalgiosos de mejores
épocas.