Despues de mas de una decada de experimentacion junto a Velvet Undeground, Terry Riley, o Brian Eno, y de sus padrinazgos -Stooges, Nico, Patti Smith-, cuyos frutos pudieron ser escuchados en el punk, el art-rock, y en el goth mas tarde, el verdadero 'padrino del punk' le 'puso la tapa' al ataud de la decada del setenta con este disco en vivo. Por similares caminos anduvieron Bob Dylan -Live at Budokan, 1978- y su antiguo aparcero en VU, Lou Reed- Street Hassle-, pero Sabotage (1979) no es solo el registro de un concierto. Es una coleccion de las mas oscuras semblanzas sobre la vida durante la guerra fria: la carrera armamentista, el miedo a la bomba, las drogas, la alienacion, y la soledad. Grabado en el CBGB, el club que vio debutar a Talking Heads, Ramones o Blondie, es un vinilo de aristas filosas, dientes apretados, pesimismo cronico, humor vitriolico, y melancolia deseperante. Es el disco que hubiera coronado perfecta a la trilogia berlinesa de Bowie, si el tipo no se hubiese ido a mezclar el audio de sus propios pedos con Brian Eno a Suiza, como hace Björk ahora con Timbaland. Este disco lastima, provoca adiccion. Prueben con esa pequeña suite que es 'Captain Hook', o los espasmos de 'Mercenaries', o la tristeza gospel de 'Chorale'. Sabotage es un viaje a la tristeza, con un John Cale taciturno, con la voz cascada de furia, rodeado de ilustres desconocidos- los musicos-y de fantasmas amigables- el publico- que en interpretaciones descarnadas unos, y en aplausos magros los otros, nos hacen mas soportable la angustiante sensacion de no saber para que seguimos.
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