Saturday, February 20, 2010

Cool Hunter


Con una prosa perversa y neurótica, profusa en detalles y saltos de adrenalina, Hunter Thompson se convirtió en el cronista de los años más agitados de la década del sesenta y setenta. Demasiado viejo para ser hippie, se plegó sin embargo a la ética itinerante y situacionista de la contracultura, como lo hicieron Burroughs o Ginsberg. Su voz es tan distintiva como lo fueron las de Capote, Norman Mailer, o Tom Wolffe. Pero mientras que Capote y Mailer se contentaban en ficcionar o novelar la crónica periodística como lo hicieron en 'A Sangre Fría', o 'La Canción del Verdugo', siempre en tercera persona, Thompson subjetivizaba en primera persona lo vivido por su atormentado cerebro y sus sentidos. El estuvo ahí, aspirando cocaína, o gas lacrimógeno, recibiendo golpes de los Angeles del Infierno, o de la policía; no lo leyó de los diarios, como lo atestiguan sus viajes junto a los Hell Angels, su persecución a candidatos presidenciales, o la cobertura de la convención demócrata en Chicago en 1968. Admirador del estilo de vida nómade, del continuo movimiento, de las armas y las drogas, es un escitor de las fronteras, como lo fue Jack London; pero sus fronteras son más mentales y fisiológicas que geográficas. Quería ver cuánto más allá se podía llegar, saltando siempre sobre la propia resistencia. Y así se paga con la cordura, o con la vida.

2 comments:

Anaphylaxxya said...

"In a closed society where everyone is guilty, the only crime is getting caught." - Fear and Loathing in Las Vegas.

ravioles said...

Hunter reventó las frases a ritmo de metanfetamina y pepotas, con el yo reventado en un ciberespacio neuronal bajo la rueda de una Harley de los Hell Angels llenos de mierda y asco hasta las orejas; y alguna canción de Grateful Dead escandalizando a los WASP de las casitas con vallas blancas...salut querido Hunter