Monday, September 09, 2013

Las Lágrimas de Duraznito

Otra vez el mismo bar, frente a la plaza Dorrego, en el barrio de San Telmo. Llegué como siempre, en el 29, que me dejó frente a una sala velatoria donde una fila de coronas de flores saludaban a un sindicalista que había muerto el domingo. Encontré a Duraznito sentado en la misma mesa, al lado del baño. No le gustaba estar al lado de las ventanas porque, aunque se tratara del bar de los ventrílocuos, no quería llamar la atención de los niños, que siempre lo molestaba con un pedido de autógrafos. 'Bah, la última vez que firmé un autógrafo fue en 1973, en el Luna Park. Los chicos de hoy no conocieron la Edad de Oro de la niñez, cuando en La República de Los Niños hacíamos funciones desde el miércoles a la tarde, hasta el domingo a la tarde. En el Luna Park competíamos con Titanes en el Ring, que eran un fenómeno'. Pedimos un Cynar, y aceitunas, y antes de que pudiera preguntarle qué le pasaba, su monóculo cayó y bajó la cabeza. 'No puedo llorar, ¿entendés? Yo no tengo lágrimas, apenas un corazón de aserrín'. Ese tipo de metáforas tan berretas me hubieran obligado a suspirar disgustado, pero tratándose de Duraznito, mi amigo de la infancia, era otra cosa. El me conoce desde que nací. (ver foto)


'Se trata de Teresito, mi compañero de show. Empezó a ganarse espacio, y a pesar de hacer aparicíones esporádicas, y de poco protagonismo, se empezó a redactar sus propios libretos, a gastar chistes en los que siempre resultaba humillado yo, en remates que siempre los daba él, en detrimento de mi papel, lo que le hizo ganarse relieve incluso social: tiene su página de Youtube, apareció en 678, con sus colegas, los otros títeres, e imposta, como se sabe, una vocación socialista, con trajes tweed, sombrero de paja, una imagen opuesta a mi aspecto burgués, mi galera, mi frac,y mis costumbres de dandy. Mi papel es sólo eso; soy como Chaplin, un croto que se viste con ropas que alguna vez fueron de etiqueta, y que otros han descartado, como del Ejército de Salvación. Soy un impostor simpático, nada más; pero este Teresito se tomó muy en serio su papel de Judas, y su traición lo llevó incluso a idear un número en el que me serrucha como a esas chicas de los circos, pero para eliminarme, sacarme de circulación, para siempre'.


Era todo un dilema su situación. El farsante de Teresito hacía pasar por malo al corazón de aserrín de Duraznito, mi muñeco favorito, que incluso salvó mi vida, cuando a los 6 años, me caí a una pileta, y lo usé de balsa para flotar. 'Vas a tener que contraatacar, buscarle archivos donde se vea lo que es, y armarte una cuenta para difamarlo', le aconsejé sin demasiado ímpetu. Pero, bueno, mi vida no era de oropel, ni de brillo de candilejas, yo venía de vender mi propia empresa de iluminación, y me dedicaba a restaurar libros, y a venderlos en Parque Rivadavia. Las cosas estaban duras, como culo de muñeco. Lo dejé con la idea dándole vueltas en esa mollera sin cerebro. Me pidió que lo acompañara a su casa, y que lo acostara en la valija donde duerme su sueño sin sueños, aquietada su conciencia de madera, sus vetas de memoria vegetal sin memoria, hasta que lo saquen a enfrentar las luces, de nuevo en las faldas de un ser humano, que pretende ser su conciencia, para entretener a otros títeres que también creen ser libres, los pobres humanos.



No comments: