Este es un texto de Marcial Souto que leí hace veinticinco años en la revista Humi. Todavía suena ensoñador y estimulante.
Elementos necesarios:
1. Se toma un espejo y se sube a la azotea.
2. Se pone el espejo en el suelo, boca arriba.
3. Se pone uno al lado del espejo.
4. Se acerca la cabeza al espejo, pero no demasiado: sólo lo suficiente para ver las estrellas allá en el fondo.
5. Se mira con atención a la más cercana, hasta poder calcular con exactitud a qué distancia está; luego se cierran los ojos.
6. Se lleva despacio un pie hacia esa estrella: después de tocarla hay que asegurarse de que se ha asentado bien el pie.
7. Asiéndose con una mano del borde del pozo, se busca con el otro pie una nueva estrella, y se la pisa con firmeza.
8. Se busca con la mano libre otra estrella, y se la encierra con la palma.
9. Se suelta entonces la boca del pozo y se busca con esa mano una estrella más. Al encontrarla y sujetarla, se mueve el pie que habia pisado la primera. Así, descolgándose de estrella en estrella, se continúa hasta llegar al fondo del pozo.
10. Para salir del pozo se tapa el espejo con la mano y se abren los ojos.
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