Shhhh

Tengo un fastidio paricularmente intenso hacia los charlatanes. Es obvio que las mujeres se llevan el premio a las hazañas que realizan con la lengua, pero es lamentable cuando las usan para el parloteo desmedido,la charla circunstancial inconducente, la empatia que buscan en viajes de colectivo-¿es tan grave, es mucho pedir que no le hablen a uno?-, y doblemente hinchapelotas cuando se trata de hombres. Hace cosa de un año trate de sacarme para siempre de encima a un pelotudo, un importuno que se decia mi amigo, monologuista del orto, pichon de Jim Carrey, pagado de si mismo, sempiterno soliloquista mandaparte que tuvo la mala suerte de encararme cuando yo estaba borracho, en un estado lamentable, y a las cinco de la mañana. Por supuesto que lo logre. Este muchacho jamas olvidara esa noche. Porque es mas que obvio que las mejores cosas de la vida ocurren en silencio, sin la emboscada de las palabras, que siempre al acecho para atajarle el paso al sentido, dejan que este se escape mas alla, envolviendo las circunstancias pero sin verdadero asidero del porque , siempre esteriles sucedaneos de otra cosa que no sean excusas. Un beso que damos a tiempo, respirando apenas sobre la respiracion del otro,un abrazo que llega cuando lo necesitamos, todos actos que tienen un timing preciso, como los pasos de baile de la coreografia de la vida, que bailamos al ritmo de una musica que no se escucha. Prefiero el silencio a la impertinencia del comentario, el sosiego del murmullo arrullador del follaje a la intervencion humana, gratuita e invasiva de la voz. Hablar es facil. Cuando se que necesito soledad y mi oraculo cibernetico esta disponible, aca estoy, siempre callado.