Friday, September 17, 2010

Mind the Gap

El Vacío:

"¡Si al menos pudiera sentir algo!": Esta fórmula traduce la 'nueva' desesperación que afecta a un número cada vez mayor de personas. En este punto, el acuerdo de los 'psi' parece general: desde hace veinticinco o treinta años, los desórdenes de tipo narcisista constituyen la mayor parte de los trastornos psíquicos tratados por los terapeutas, mientras que las neurosis 'clásicas' de siglo XIX, histerias, fobias, obsesiones sobre las que el psicoanálisis tomó cuerpo, ya no representan la forma predominante de los síntomas. Los trastornos narcisistas se presentan no tanto en forma de trastornos con síntomas claros y bien definidos, sino más bien como 'trastornos de carácter' caracterizados por un malestar difuso que lo invade todo, un sentimiento de vacío interior y de absurdidad de la vida, una incapacidad para sentir las cosas y los seres. Los síntomas neuróticos que correspondían al capitalismo autoritario y puritano han dejado paso bajo el empuje de la sociedad permisiva, a desórdenes narcisistas, imprecisos e intermitentes. Los pacientes ya no sufren síntomas fijos sino de trastornos vagos y difusos; la patología mental obedece a la ley de la época que tiende a la reducción de rigideces así como a la licuación de las relevancias estables: la crispación neurótica ha sido sustituida por la flotación narcisista. Imposibilidad de sentir, vacío emotivo (sic), aquí la desustanciabilización ha llegado a su término, explicitando la verdad del proceso narcisista, como estrategia del vacío.

Gilles Lipovetsky, La Era del Vacío,
Gallimard, 1983.
Traducción de Joan Vinyoli y Michele Pendanx

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