DINA...grill...DINA...grill...DINA...grill. El cartel de neón reverbera a
intervalos, ensoñador sobre la fachada de la parrilla infernal. En su interior,
removiendo rescoldos alrededor de un reo crucificado, los diligentes miembros
del khmer rouge y los tontons macoutes, disponen las escasas brasas como
dudando. Estamos en el infierno, y a pesar del ambiente refrigerado, se adivinan las elevadas temperaturas que acechan a través de la ventana.
-'Fue una suerte que Arturo se consiguiera esta ocupación, gracias a este
emprendimiento nos salvamos un rato del calor'. El único local con aire acondicionado nos tenia que tocar a nosotros'. El que hablaba era Jose Stalin, que acostumbrado al frío de la Rusia post- zarista, y a la posterior guerra, tambien fría, era candidato, con su fría alma, y después de matar de hambre a miles de ucranianos, a un castigo merecido en este lugar. Pero la gestión de su amigo chileno lo puso de maître del negocio. En la mesa se disponían la crema y nata del mundo subterráneo: Polpot, que pidió una picadita de mortadela 'hecha con el tenor farsante que se hace llamar como yo'.
-'¿No era que la moltadela se hace con celdo?' -le preguntó Pinochet.'Sí', -afirmó el vietnamita-, 'pero los cerdos sirven para llenar el congreso y las bibliotecas' Amin Dada, después de arrojar miles de ugandeses a los cocodrilos, luce una chomba de Lacoste, como corresponde. 'Le mandé una a Jimmy Carter', bromeó antes de lanzarse sobre su buseca. A un costado, François Duvalier y su hijo Bebe Doc hacen lo propio con sendos choripanes, y Bokassa le cuenta a Batista que calculó cuántos negros murieron para llenar de diamantes su corona. Todos se esmeran por la atención de los miles de reos infernales en su emprendimiento gastronomico. Es obvio, la competencia es fuerte: en la otra cuadra la cervecería de Adolfo, y a la vuelta, la marisquería de Franco se disputan la concurrencia con sus mercaderías y servicios. Es viernes en el infierno. La noche recién empieza.
intervalos, ensoñador sobre la fachada de la parrilla infernal. En su interior,
removiendo rescoldos alrededor de un reo crucificado, los diligentes miembros
del khmer rouge y los tontons macoutes, disponen las escasas brasas como
dudando. Estamos en el infierno, y a pesar del ambiente refrigerado, se adivinan las elevadas temperaturas que acechan a través de la ventana.
-'Fue una suerte que Arturo se consiguiera esta ocupación, gracias a este
emprendimiento nos salvamos un rato del calor'. El único local con aire acondicionado nos tenia que tocar a nosotros'. El que hablaba era Jose Stalin, que acostumbrado al frío de la Rusia post- zarista, y a la posterior guerra, tambien fría, era candidato, con su fría alma, y después de matar de hambre a miles de ucranianos, a un castigo merecido en este lugar. Pero la gestión de su amigo chileno lo puso de maître del negocio. En la mesa se disponían la crema y nata del mundo subterráneo: Polpot, que pidió una picadita de mortadela 'hecha con el tenor farsante que se hace llamar como yo'.
-'¿No era que la moltadela se hace con celdo?' -le preguntó Pinochet.'Sí', -afirmó el vietnamita-, 'pero los cerdos sirven para llenar el congreso y las bibliotecas' Amin Dada, después de arrojar miles de ugandeses a los cocodrilos, luce una chomba de Lacoste, como corresponde. 'Le mandé una a Jimmy Carter', bromeó antes de lanzarse sobre su buseca. A un costado, François Duvalier y su hijo Bebe Doc hacen lo propio con sendos choripanes, y Bokassa le cuenta a Batista que calculó cuántos negros murieron para llenar de diamantes su corona. Todos se esmeran por la atención de los miles de reos infernales en su emprendimiento gastronomico. Es obvio, la competencia es fuerte: en la otra cuadra la cervecería de Adolfo, y a la vuelta, la marisquería de Franco se disputan la concurrencia con sus mercaderías y servicios. Es viernes en el infierno. La noche recién empieza.
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