Thursday, January 10, 2008

Cioran

                           
 Nadie como él puso de manera mas lacónica y contundente lo insignificante de la condición humana a trasluz de sus aforismos paradojales que, en la tradición del Nietszche más agudo, se convirtió en un oasis de amargas aguas donde abrevamos los escépticos de siempre, bichos bolitas, carne de patíbulo, candidatos al balazo que nos inclinamos sobre sus escritos. Parte de una patota que asalto París en tiempos de la segunda guerra, conformada por Ionesco, Mircea Eliade y otros fiambrazos, se diferenció del abominable matrimonio del Bizcocho y La Esteril-a los que Cioran llamó marchandes des idées y que, como todos los zurdos terminaron embriagados por su propia verborrea, hablando de sí mismos y alardeando de sus defectos-, a contramano de estos se dedicó a publicar muy pocos libros y, siempre imbuido del éxtasis ditirámbico de Eckhart, los gnósticos, y el budismo, nos legó agudas reflexiones sobre lo propicio de volver al paganismo, lo venenoso de la moral cristiana, y la apostasía que representa toda la existencia. Es muy recomendable leerlo en francés, ya que es una lengua que, a pesar de ser rumano, dominaba a la perfección. En castellano, editorial Altaya edito Adiós a la Filosofía, un compendio de sus mejores aforismos.

1 comment:

ALBERTO said...

Hola Maldoror, genial tu blog, si quieres pasa por mi blo, o agregame al msn albertomariocarlos, compartimos el mismo gusto por las letras y por Cioran.