Diario de un seductor

Cuando la ultima de las obras de Damien Hirst se empezo a podrir-se trataba de un cisne que despues de haber sido eviscerado fue rellenado con brillantina e invariablemente dispuesto dentro de una pecera con formol-se descubrio en su interior un cuaderno con notas manuscritas. Las hojas, que semejaban las del tabaco cuando ha sido estacionado, estaban firmadas por Artie Shaw. Nadie que tuviera menos de treinta años cuando el cisne fue abierto supo de quien se trataba, pero los mayores sonrieron y se miraron compartiendo un secreto en silencio. El ultimo de los playboys internacionales habia dejado un diario con jugosos datos e ilustraciones, un testimonio que revelaba las andanzas de uno de los amantes mas famosos del pais. Porque antes de comerse las viejas del Bingo Bolero Club, e intentar un duo de canciones romanticas con Toddy Ego, Artie Shaw, el hombre del clarinete de carne, el mas apuesto de la rat-pack, ladero de Sammy Davis Junior y del mismisimo Sinatra, se curtia minitas como Ava Gardner y Sza Sza Gabor, volaba a Cuba a jugar a la ruleta a los casinos de Batista, cantaba en el Tropicana con Carmen Miranda, sniffaba coca con Lenny Bruce y paseaba en motoneta con Peron. El diario estaba organizado en orden alfabetico siguiendo los nombres de sus queridas, y todas estas anecdotas aparecian como minucias, filigranas, detalles de las verdaderas pasiones de Artie: las mujeres. Y abundaban los nombres relacionados con la politica, el arte, la farandula. Viudas, casadas, actrices, cantantes; no se habia salvado nadie: incluso se lo vinculo con un T.C., a quien todo el mundo creyo leer como Truman Capote, pero las descripciones eran vagas y podia tratarse de cualquier otro orto. Despues de su apogeo, el playboy se vinculo con lo mas bajo del mundo artistico, los bloggers, una cofradia de disipados que atendian el incipiente ramo de la cibernetica y, segun 'Sucesos Argentinos' la realidad virtual lo llevo al consumo de cerveza y a comprarse un Renault 12. Despues vino el LSD y Artie, que necesitaba dinero para pagar sus vicios de mal entretenido insolvente y peor aconsejado, asalto un maxikiosco en Rosario y no paro hasta ver la reja. Los mismos presos que colgaban fotos de las chicas que el habia tenido en su lecho hoy lo idolatran como un heroe de otras epocas, la era dorada de la lluvia marron y los marrones rubios.(Foto: Eloise Chirac)